QUÉ ES SER PROFESIONAL DEL DEPORTE?

Ser profesional del deporte aquí donde vivo equivale a ser dos cosas:

A-Un poco Quijote.

B-Un poco gilipollas.

La alargada sombra del amateurismo en el que el deporte del lugar donde vivimos ha estado sumido durante largos años es una pesada carga. Confunde a todo el mundo. Incluso a nosotros mismos, incluso a los profesionales.

Un país que durante 40 años estuvo cerrado al mundo, tiene cierto retraso en algunas cosas respecto a la evolución de otros (solo hay que viajar un poco para darse cuenta) y el deporte es uno de los perjudicados a largo plazo.

Las bases del trabajo en el deporte que tiene la mayoría de la gente, dirigentes incluidos, es la de que es algo en lo que trabajas por motivación y no por dinero, y que además debes “sentir los colores” o algo por el estilo. Esta bucólica justificación de pandereta permite, pagar sueldos miserables, no asegurar a la gente y explotarlos en aras de una falsa moral profesional. Es decir, o lo haces todo y más, sin exigir por poco que te paguen, o no eres un profesional…y ahí es donde viene el problema, en la definición o atribución que se le hace a la palabra “profesional”.

La R.A.E. (Real academia española) en su diccionario oficial, define “profesional” en su cuarta acepción como:

"ADJ. Dicho de una persona: Que ejerce su profesión con capacidad y aplicación relevantes".

Y para mí, esa capacidad y aplicación justifican su valía, y por tanto obligan al reconocimiento de sus derechos laborales.

 Un dia posteé en algún sitio:

"SOY ENTRENADOR.

Lo digo muy orgulloso y sacando pecho...SOY ENTRENADOR.

Hago lo que me gusta, lo hago con pasión y trato siempre de hacerlo bien.

Por esa razón es muy problable que a la mayoría de los que quieren contratarme mi vida les parezca "pura diversión", pero aunque disfruto mucho, también es mi trabajo.

Igual que la mayoría de ustedes, yo me he esforzado para ser lo que soy y vivo de lo que hago.

NO TRABAJO GRATIS.

No estoy pidiendo comprensión, estoy EXIGIENDO RESPETO."

Y no faltó quien (sobre todo bajo la ilusión de sus primeros años en este negocio, o desde su cómodo sillón de dirigente) me dijo que lo importante no era el dinero que ganas, ni los días de fiesta, ni los puentes, ni conciliar tu vida laboral con tu vida familiar i/o privada, si no la ilusión y los deportistas. Y yo me cago en sus putas muelas. Ahora mismo me voy al banco y le digo al banquero:

-Mire usted, como yo trabajo por ilusión y no por dinero, a ver si me puede bajar la hipoteca a la mitad, y hago lo mismo con el del agua, el de la luz y el del gas...a ver que tal resultado me da. Igual me funciona...no te jode!!

Yo cumplo con todas mis obligaciones en mi trabajo, así que exijo todos mis derechos.

Si decido obviar alguno de ellos en beneficio del deportista, lo decido yo, no quien me paga. Si quien me paga decide quitarme por ejemplo un puente, tendrá que pensar cuando me lo da o a cuanto me lo paga. Es así en todos los trabajos, (o debería serlo) ergo, por qué no debe ser así en deporte?

Aún recuerdo mi primera negociación de renovación de contrato en una federación deportiva, cuando después de cuatro años cumpliendo objetivos sin faltar ni a uno, el "presimiente" de turno me dice lo siguiente:

"-Estamos muy contentos con tu trabajo, has cumplido todos los objetivos, has trabajado en festivos, organizado competiciones, un plán de tecnificación, has desarrollado más trabajo que el que te correspondía y lo has hecho bien. La propuesta es que  te vamos a pagar menos y no te vamos a hacer fijo. Jajajajaja!! Tremendo hijo de puta !!!! Me cago en su puta vida!!! Es obvio que no acepté y tuvo que cambiar su planteamiento.

También recuerdo que me descontaron muchos euros, por cuatro días de baja en 12 años, mucho más de lo que yo ganaba en esos cuatro días. Esos personajillos normalmente son así, no quieren ni oir hablar de tus derechos ni de lejos, pero si te pueden regatear un solo céntimo, les falta tiempo para hacerlo.

Pero nosotros, los propios profesionales del deporte somos en gran parte culpables de toda esta historia. Nos han metido tan dentro esa historia de sacrificarse por los deportistas, por tu federación, por tu deporte, por tu club (esos clubs o federación que te despedirán sin temblar cuando lo necesiten) por nada al fin, que algunos se lo han creído. Somos culpables de esta situación.

A menudo me llama algún gimnasio para ver si conozco a alguien que pueda ocupar uno u otro puesto de trabajo, y mi pregunta es siempre -Lo vas a contratar? Si me contestan que no, mi respuesta es -Pues entonces no conozco a nadie. A lo que ellos acostumbran a responder -Con esa actitud te estás cargando la gimnasia!!   Manda huevos!! Son ellos los que se saltan la ley y los derechos de mis compañeros de profesión evitando así que evolucione y se profesionalice mi deporte,  pero parece ser que el que lo hace mal soy yo.

Todo esto no tendría más consecuencias, pero resulta que muchos compañeros de profesión si aceptan estas situaciones y eso convierte la situación en un pez que se muerde la cola. El que acepta trabajar sin contrato debe ser que necesita ganar el dinero (trabajar sin contrato por la maldita ilusión, ya me parece de gilipollas extremo) pero mientras uno solo de nosotros acepte trabajar sin contrato, fomentará que alguien tenga a profesionales trabajando sin contratar. Más inspecciones hacen falta en deporte.

Así que, señores profesionales o no tan profesionales del deporte, nadie debería aceptar trabajar en ningún trabajo sin que sean reconocidos sus derechos, tales como un sueldo digno, sus vacaciones y mucho menos sin ser contratados.

Señores directores de clubs, "presimientes" de federaciones, jefes de recursos humanos de cualquier índole:

"Si creéis que contratar un profesional cuesta caro, con el tiempo ya os daréis cuenta de lo caro que os sale contratar incompetentes."